Los aludes de tipo deslizamiento basal son descritos como exóticos, complejos y poco conocidos por muchos especialistas y tienen la peculiaridad de que son muy difíciles de predecir.
Este tipo de alud es también conocido como avalancha de deslizamiento, deslizamiento basal o glide avalanche. Muchos de los aludes de fondo son de tipo deslizamiento basal y suelen tener un flujo denso, movimiento fundamentalmente por deslizamiento sobre el suelo o por encima del resto del manto nivoso.
Las áreas dónde puede darse este tipo de aludes suelen ser identificadas por las grietas de deslizamiento, también conocidas como fish mouths (boca de pez) debido a su aspecto y suelen ser visibles en la superficie del manto nival. Su formación se da por movimientos internos dispares por encima de las pendientes, que con solamente 15° de inclinación pueden ser suficientes para el desencadenamiento de este tipo de alud. En estas áreas se dice que la nieve “repta”, es decir, que la nieve se desplaza en un movimiento de reptación sobre un terreno suave o húmedo, por ejemplo, por encima de las laderas cubiertas de hierba o de losas de roca lisa y pueden tener velocidades desde unos pocos milímetros a unos pocos metros por día.
Son varios los estudios y las metodologías que se están llevando a cabo en los últimos años para una correcta mitigación de las consecuencias de los deslizamientos basales pero de momento este tipo de aludes continua provocando mucha incertidumbre y una predicción compleja y desafiante.
Extracto del artículo de Jon Apodaka en la Revista NIA , descárgala gratis aquí.
Foto: Maria Béjar DIC 2021