La escarcha se forma en la superficie de la nieve por sublimación inversa. Esto significa que el vapor de agua del aire en contacto con la nieve pasa de gas a sólido y cristaliza. Para que la escarcha se desarrolle de forma eficiente, es necesario que se reúnan las siguientes condiciones: fresca, cielo despejado, humedad relativa alta (óptimo >70%) y viento en calma. Los cristales de escarcha suelen verse a simple vista, son tridimensionales, brillan con el sol y, al esquiarlos, hacen un ruido muy característico. Las formas más comunes son hojas o plumas verticales (1), cristales estriados (2) o en forma de agujas alrededor de los árboles. También existe la escarcha de cavidad que se forma en los agujeros, entre las rocas y/o los arbustos.

Escarcha de superficie en forma de hojas o plumas verticales (1), escarcha de superficie observada con la lupa de 10X sobre una malla de 1mm donde se ven las estrías (2) y escarcha de superficie en forma de agujas alrededor de los árboles (3).

Si las condiciones son buenas, la escarcha se puede formar rápidamente (ej. 2 días, cristales de 5-8 mm). A su vez, estos cristales también pueden ser destruidos muy rápido por sublimación, por el sol, por el viento, por la lluvia, por el paso de los aludes o bien por nuestras trazas.

En el mundo de la nieve y los aludes, la escarcha de superficie es famosa por el rol que juega en la estabilidad del manto cuando queda enterrada. Una capa de escarcha es definitivamente una capa débil persistente con ciertas peculiaridades. Por un lado, es muy sensible a la cizalla y esto hace que se puedan producir aludes por debajo de los 30 grados; por otro, se la conoce por sus largas propagaciones.

Para poder anticiparnos al problema, es necesario averiguar cuál es su distribución antes de que quede enterrada. El primer paso es pensar en qué lugares se puede formar con mayor facilidad y en qué lugares se puede preservar con mayor facilidad. El segundo paso es confirmar o desmentir nuestro supuesto a través de la observación. Una vez que esta capa queda enterrada, habrá que hacer el seguimiento de las propiedades de la placa (cohesión de la nieve que tiene por encima) y de la reactividad de la escarcha como capa débil. La escarcha, a pesar de ser bastante persistente (meses), puede reducir/perder reactividad por varios motivos: 1) puede acostumbrarse a la carga, 2) puede quedar demasiado lejos de la superficie y ser difícil de activar y 3) puede redondearse por gradiente bajo de temperatura y ganar resistencia enlazándose con las capas adyacentes. Cuanto más gruesa y continua sea la capa, más probabilidades tendrá de persistir.

En el Pirineo, la escarcha se forma habitualmente en la montaña durante períodos anticiclónicos, sobre todo durante las noches serenas cuando el manto se enfría por radiación pero también durante el día en las vertientes más umbrías. En este proceso es importante que la nieve esté más fría que el aire en contacto. Por suerte, no es muy común que esta escarcha quede enterrada y provoque aludes. El sol y el viento la destruyen limitando mucho su distribución.

El clima de las Columbia Mountains (Canadá) es especialmente propenso a la formación de escarcha de superficie y aquí sí que representa un problema de primer orden. La clave de su preservación es que se forma rápido y se entierra rápido. Sin duda, el límite del bosque es la franja altitudinal más afectada. En esta franja, los árboles aportan humedad, la nieve se enfría por radiación, puesto que la cobertura de bosque es limitada, y está más protegida del viento que la franja alpina.

Ahora mismo, en la mayoría de regiones de la British Columbia, hay unas 3 capas enterradas de escarcha de superficie que dan lugar a dos problemas de aludes diferentes: persistente slab y deep persistent slab. Este segundo problema lo forma la combinación de la escarcha con la capa de facetas basales. El boletín de aludes público (Avalanche Canada) especifica que estos dos problemas se encuentran en todas las orientaciones y en la mayoría de franjas altitudinales con una probabilidad de activarse bastante baja (posible o unlikely). En InfoEx (la base de datos donde las diferentes operaciones de aludes canadienses comparten información), cada día se reportan aludes que han fallado por estas capas con buenas propagaciones (tamaño 2 y 3). Últimamente, la mayoría de los aludes son desencadenados por explosivos o bien por vehículos. Pero algunos también han sido provocados por esquiadores en zonas de manto delgado.

Con esta situación fuimos la semana pasada a realizar la Bonnington traverse, una travesía de 4-5 días por el Bonnington range, en la región de Kootenays. Ésta es una zona de relieve más bajo, de bosque, de cabañas y de crestas más amables. Nuestra consigna era mantenernos por debajo de los 30-35 grados en terreno abierto, extremando la precaución en el límite del bosque.

Bonnington range, dentro de las Columbia Mountains, a unos 250 Km al sur de Revelstoke y cerca de la frontera con Estados Unidos.

En esta travesía si que me ha parecido que cuando la nieve es el problema la solución se encuentra en el terreno. El recorrido es lineal, de unos 60 Km y enlaza 3-4 refugios libres. Además, hay opciones de esquiar terreno seguro si las condiciones son más complicadas de lo esperado y abandonar antes del cuarto día, que es el más expuesto.

A pesar de movernos por el límite del bosque todos los días, no provocamos ningún whumpf. En los tests, identificábamos la capa más problemática (escarcha de superficie enterrada el 3 de enero) a unos 60 cm de la superficie, que fallaba con cargas fuertes dando fracturas súbitas planares (CT25SP, ECTP29).

Observamos también algunos aludes naturales que parecían bastante recientes. Pese a no ver rastros de explosivos, tuvimos la duda de si podían haber sido desencadenados de forma artificial, ya que en esta zona opera una compañía de heliesquí.

Dos aludes de placa tamaño 2 que comparten exactamente la misma orientación.

El último día las crestas se hacían más finas y la exposición a terreno conectado aumentaba. Por la mañana decidimos cambiar los planes, al ver que el día anterior un grupo había provocado dos placas de viento desde la cresta. La posibilidad de un step down* en la capa de escarcha a 60 cm no nos gustaba. Así que esquiamos todo el día por el bosque al rededor del refugio y al día siguiente nos escapamos por una pista forestal que se hizo muy larga.

Dos placas de viento de tamaño 0.5 provocadas por esquiadores desde la cresta. La cicatriz era común y tenía una longitud de unos 20 m.

*Un step down es cuando la carga de un primer alud activa una capa débil que se encuentra a más profundidad y, por tanto, tiene la capacidad de generar un alud potencialmente mayor. Ésta es una posibilidad que debe considerarse cuando se tiene un manto con varias capas débiles activas.

Durante estos días vimos que la orientación y la navegación no es fácil en un relieve redondeado de bosque tupido y árboles altos. Se nos hacía difícil anticiparnos a los claros, también conocidos como surface hoar farms, y ésta era una limitación que condicionaba nuestra seguridad. Una potente batería externa nos permitió tirar de Gaia y de Fatmaps las 5 jornadas que duró la actividad.

Sin duda, Nelson y la región de Kootenays es una British Columbia alternativa que vale mucho la pena de visitar!

TEXTO Y FOTOS: Sara Orgué

Fecha: 2 Feb 2023

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Categoría: Divulgación

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