Uno de los momentos importantes de la temporada es la transición a primavera. En invierno los días son cortos, el sol permanece bajo y normalmente hace más frío. En primavera, los días se alargan, el sol va más alto y la temperatura del aire suele ser más cálida. Estos cambios tienen un impacto importante sobre el manto de nieve y también sobre nuestras actividades en la montaña. Estamos casi al final de nuestro viaje a Canadá y, siguiendo el cambio de estación, hemos iniciado las travesías de primavera con un clásico: la Wapta.

La Wapta traverse es un itinerario por terreno glaciar que transcurre por los Parques Nacionales de Banff y Yoho, en la divisoria entre Alberta y la Britisch Columbia, en las Rocky Mountains. Son 47 Km, 1860 m de subida y 2130 m de bajada que suelen fraccionarse en 4 o 5 días, durmiendo en los refugios de la zona. Nosotros decidimos acampar para no depender de las reservas y poder ajustar las fechas de la travesía a los días de buen tiempo. La buena visibilidad es oro cuando el terreno es plano, amplio y lleno de grietas.

Largas y solitarias diagonales cerca del refugio Scott Duncan. El paisaje es uno de los grandes atractivos de la actividad.

En las travesías, a diferencia de un día normal de esquí, estás más limitado en la elección del terreno. El hecho de salir de un punto y llegar (idealmente) a otro hace que tengas que pasar por zonas muy llanas o esquiar laderas que no escogerías pensando en la calidad de la nieve. Aquí la gente bromea que de travesía, se esquía poco (we are not skiing, we are traversing).

Durante estos dos días en la Wapta observamos que la nieve de principios de abril en períodos anticiclónicos sólo se mantiene seca en superficie en las orientaciones NW, N y NE (polar aspects) y en los glaciares llanos. Así que se nos hicieron zuecos terribles en las pieles por el cambio de nieve fría a nieve húmeda, esquiamos costras portantes y no portantes, y disfrutamos de algunos giros de nieve polvo. También vivimos con intensidad (por decirlo de algún modo) la amplitud térmica de estos días de primavera. Mientras que durante el día la temperatura del aire se mantenía ligeramente por debajo de los 0ºC, por la noche se desplomaba hasta -20ºC. Pero el recuerdo que me ha quedado es de primavera, la estación del año en la que el sol y la temperatura del aire condicionan la calidad de la nieve y el peligro de aludes.

Es importante recordar que cuando tenemos un manto húmedo (o parte del manto húmedo) los procesos internos son muy diferentes que en un manto de nieve seca. La nieve húmeda se mantiene en los cero grados y las moléculas de agua se encuentran en los 3 estados de la materia (vapor de agua, agua líquida y hielo). Si el contenido de agua líquida es limitado (humedad 2*), el agua aporta cohesión a los cristales por capilaridad. Si el contenido de agua líquida es abundante (humedad 3** o superior), el agua derrite los enlaces entre cristales y debilita el manto. Estas debilidades pueden traducirse en aludes de salida puntual, cuando la pérdida de cohesión es superficial, o en aludes de salida lineal, cuando el agua líquida llega a capas débiles enterradas o se acumula al encontrar niveles impermeables.

*Humedad 2: al coger la nieve con la mano se hace bola fácilmente pero no quedan gotas de agua líquida en el guante. **Humedad 3: al coger la nieve con la mano se hace bola fácilmente y quedan gotas de agua líquida en el guante.

Como siempre, la anticipación en la montaña es nuestra mejor herramienta de gestión. A continuación, he recopilado algunos de los conceptos y patrones que me sirven para pensar dónde y cuándo la nieve empezará a humedecerse, y dónde y cuándo la nieve será lo suficientemente húmeda como para resultar un problema de seguridad por aludes.

La temperatura. Llevar siempre un termómetro es interesante. El aire y la nieve están continuamente intercambiando energía. Temperaturas positivas del aire pueden calentar la superficie de la nieve hasta los cero grados y, por tanto, humedecerla. Cuando el aire está húmedo, este efecto se potencia. Temperaturas negativas del aire pueden retrasar el efecto de la radiación solar sobre la nieve. En ambientes algo extremos, el termómetro también puede servirnos para decidir gastar o no gastar la batería de los calcetines eléctricos y evitar congelaciones.

El rehielo nocturno. Un buen rehielo retrasará el efecto del sol y la temperatura sobre la nieve. Esperaremos un buen rehielo si la noche es serena. En caso de nubes, el manto perderá cierta energía pero el rehielo será más débil. Una vez la costra superficial se haya derritido, la inestabilidad por nieve húmeda puede aumentar rápidamente. Entre otros factores, está el albedo: la presencia de agua líquida hace que el manto absorba más energía que si la nieve en superficie se mantuviera seca.

El viento. El viento potencia el intercambio de calor entre el aire y el manto. Un viento cálido significa fusión y una brisa fresca puede contrarrestar el efecto de la radiación solar.

La lluvia. Cuando llueve de forma abundante, la situación puede ser muy delicada y requiere alejarse del terreno de aludes. ¡Este es uno de los momentos en que quedarse en terreno simple (ATES) puede no ser suficiente!

Lo que nos pueda caer de arriba (overhead hazard). Puede ser la caída de seracs en una zona de glaciares, la caída de cornisas o el desencadenamiento de aludes naturales. En este sentido, es importante darse cuenta de que en una zona montañosa el sol afecta antes las cotas altas que las cotas bajas. En cuanto a las cornisas, aunque estemos en una vertiente norte, si la cornisa cuelga hacia nosotros, significa que su raíz está bajo el efecto del sol, calentándose y debilitándose.

La combinación de seracs, cornisas y grietas obligan a valorar cuál es el trazado más seguro durante pequeños tramos de la Wapta traverse. Algunos grupos se acercaban más a los seracs para alejarse de las grietas y algunos grupos hacían lo contrario. Encordar o no encordar también es una decisión a tomar. Nosotros pasamos sin cuerda después de sondear y ver que había 2,5 m de nieve sobre el hielo.

El terreno. La variedad de orientaciones y pendientes que presenta el terreno permite jugar con el sol. Los días largos de primavera hacen que, principalmente, las vertientes E, S y W estén afectadas por el sol. El ángulo de incidencia de sus rayos sobre el manto determina la cantidad de energía que llega por unidad de superficie. Este ángulo será mayor en las vertientes soleadas más empinadas y, por lo tanto, estas seran las primeras en transformar. En cambio, en las vertientes umbrías, cuanto más empinado sea el terreno, más bajo será el ángulo de incidencia. Por otro lado, las rocas y los árboles son puntos calientes que tienen también un efecto sobre la nieve que los rodea.

               

Izquierda: El ángulo de incidencia de los rayos del sol sobre el manto determina la cantidad de energía que llega por unidad de superficie. Este ángulo viene condicionado por la altura del sol en el horizonte, la orientación y la pendiente del terreno. Derecha: vertientes soleadas vs vertientes umbrías en invierno y en primavera. Los angulos corresponden a la latitud de Pirineos. Autor: Pere Oller.

La latitud y la época del año. Estas dos variables determinan las horas de sol y la altura del sol en el horizonte. Canadá es un país enorme y las diferencias latitudinales són importantes. En Yukon, Northwest Territories y Nunavut, las provincias de Canadá situadas más al norte, es donde la transición a primavera es más repentina. Esto se debe a que los días de invierno en el norte son muy cortos pero con la llegada de la primavera, las horas de luz aumentan más rápidamente que en localidades más meridionales. Podéis consultar AQUÍ cómo varía la longitud del día y la altura del sol sobre el horizonte en todo el mundo. Yo me he pasado investigando un rato largo😉.

Cuatro estaciones del año, cinco problemas europeos de aludes, cinco grados en la escalera de peligro, tres clases de terreno ATES, cinco tamaños de aludes según su potencial destructivo, placa húmeda, placa seca, etc… son todo variables categorizadas de forma discreta. Esquematizar y clasificar para desglosar, entender y comunicar. Pero la realidad es que los cambios en la nieve ocurren de forma continua, donde las líneas son franjas, y es en estas transiciones donde la complejidad es más elevada. En Abril algunos días son invierno, algunos días son primavera y algunos días son invierno y primavera en función de la altitud, la pendiente y la orientación de las vertientes. Ciertamente, estamos en una época de cambios.

TEXTO: Sara Orgué; FOTOS: Sara Orgué y Boi Sagarra.

 

 

Fecha: 4 Abr 2023

Autor:

Categoría: Divulgación

Compartir



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *